fbpx

Vitraux Subirats es un atelier de vitrales de origen catalán. Desde hace más de un siglo, nos dedicamos a la realización de vitrales y restauración de patrimonio histórico universal.

EL ATELIER

Nuestro atelier se caracteriza por un irrevocable respeto por la obra artística. A partir de nuestros vastos conocimientos en técnicas clásicas -Alto Medioevo- y contemporáneas es que entendemos cabalmente la materia y su comportamiento.

Esto nos permite diseñar la metodología de trabajo que mejor se ajusta a cada caso. Toda nuestra obra refleja la calidad, el profesionalismo y la pasión por lo que hacemos. Más de cien años de trayectoria y cuatro generaciones de artistas dan sólida cuenta de ello.

ARTISTAS

Pablo Fivaller Subirats (1958)

Pablo aprendió a hacer vitrales a la manera renacentista: de generación en generación. De chico, robaba masilla del taller de sus padres para jugar y pintaba con témperas de colores cuanto vidrio encontraba. A los 10 años ya cortaba vidrio y a los 13, hizo su primer vitral a pedido de la Universidad de Cuyo.

Después de su paso por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza se consagró enteramente como vitralista. Da cuenta de ello, el Primer Premio Internacional 1994, galardón recibido por su trabajo, en la restauración de los vitrales de la Casa Rosada, sede de la Presidencia del Gobierno en Argentina, país en el que desarrollo gran parte de su obra, tanto artística como de Restauración.

Pablo trabaja el vidrio con maestría, valiéndose de la implementación de técnicas clásicas y contemporáneas, según la obra lo requiera. Sus profundos conocimientos sobre el tratamiento químico de óxidos, ácidos y pigmentos para el modelado en vidrio y otros materiales, han envuelto en alquimia su obra, que sigue expandiéndose por el mundo.

Pablo ha sabido combinar su vasta trayectoria en restauración de obras artísticas -muchas de ellas ornamentan algunos de los edificios más emblemáticos de la República Argentina- con la realización de obras de arte originales, esculturas y murales. 

En la actualidad, como director de Vitraux Subirats, dedica su tiempo a la restauración de vitrales y consultoría en restauración de patrimonio histórico, mientras trabaja en sus próximas exhibiciones de obra artística.

Lucía Subirats Grossi (1987)

Lucía también comenzó su formación como vitralista desde joven, a la edad de 13 años, en el atelier de Pablo Subirats. Bajo su tutoría, y en sintonía con el característico traspaso de conocimientos de este atelier familiar, a Lucía le fueron confiados esos saberes centenarios, que la instruyeron integralmente en realización, restauración y puesta en valor de vitrales.

En la actualidad, Lucía combina su trabajo en el atelier familiar con su propio emprendimiento de diseño de objetos.

COLABORADORES

Martín Subirats Grossi (1992-)

Martín comenzó a formarse en el Atelier durante su adolescencia. Debido a su habilidad natural y talento en dibujo, hoy desarrolla tareas como Asistente de Plantillado y Dibujo de Proyectos.

Alejandro Subirats Grossi (1994-)

Asistente de Tareas Generales Artísticas. Especialización en Fundición y Trefilación de Plomo. 

ANTECESORES

Ramón Subirats (1881-1942)

Ramón nació en Barcelona, en la Barriada de Gracia. A los 12 años, comenzó a trabajar en los talleres de los Impresores Seix y Barrial y a pintar en un teatro de Barcelona. Luego de unos años, ingresó a la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, donde se destacó por su talento como dibujante y fue galardonado con una “Mención” en 1908 y con una “Medalla de Plata” en 1911. Tomó clases nocturnas en el Círculo Artístico de Sant Lluc en Barcelona.

 

Ese mismo año, se mudó a la Argentina. Tras un duro primer año en Buenos Aires, decidió asentarse en Mendoza, donde pintaba letreros comerciales para subsistir y, en su tiempo libre, se iba al campo con sus pasteles a retratar campesinos.

 

En 1915, hizo su primer envío al “1er Salón de Pastelistas”, que lo trajo de vuelta a Buenos Aires. Comenzó a trabajar para el atelier de vitrales italiano de la familia Ursomarzo. Allí conoció a la sobrina del vitralista, la pintora Graciana María Ursomarzo, discípula de Eduardo Sívori y Alberto Rossi en la Academia Nacional de Bellas Artes. Se casaron y tuvieron tres hijos varones: Roger, Fivaller y Wifredo. Los tres acusaron la genética artística de sus padres, aunque es Fivaller quien se dedicará profesionalmente al arte y quedará a cargo del atelier familiar.

 

Vivió en Buenos Aires hasta 1924, donde realizó diversas exposiciones, entre ellas, en 1920, una compuesta principalmente por carbonillas, para la Comisión Nacional de Bellas Artes. Partió rumbo a San Juan, donde realizó la decoración de la Casa España (puertas de vitraux, vitrales en ventanas, vitrales artesanales). Allí se hizo muy amigo y convivió con el pintor y grabador, Lino Enea Spilimbergo. Finalmente, Ramón y su familia se asentaron en Mendoza, donde nació el Atelier Subirats.

 

Durante los años siguientes, su actividad artística fue permanente. Debido a sus sobrados conocimientos y experiencia en dibujo y modelado en sepias y carbonillas, el modelado en óxidos y pigmentos sobre vidrios de Subirats fue superlativo. Así es que lo convocaron para la realización de toda la decoración de la Capilla del Buen Pastor de Mendoza, donde los paneles de vitral y vitrales en ventanas se destacan, el edificio de La Mercantil Andina y la Legislatura de Mendoza, por mencionar algunas de sus obras más significativas por aquellos tiempos.

 

Participó en salones, viajó y expuso en Mendoza, San Juan, Valparaíso, Santiago de Chile, Rosario, Buenos Aires, Montevideo, Paraná y Entre Ríos. Colaboró en la inauguración del Parque Aborigen de Mendoza con sus diseños, y participó en la organización y exposición inaugural de la Academia de Bellas Artes de la Provincia.

 

A mediados de 1938 inició desde Buenos Aires su gira por el norte argentino, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, con el objeto de documentar las razas aborígenes de América. Para ello, solicitó y obtuvo el auspicio del gobierno de la República Argentina y además el del Diario La Crítica de Buenos Aires.

 

Numerosos son los carbones y pasteles que realizó en su tránsito por Cuzco y Lima. El Ministerio de Justicia y Dirección de Prisiones de Lima le otorgó autorización para que, en su calidad de enviado del gobierno argentino, realizara estudios plástico-raciales en la Cárcel de Mujeres de San Miguel.

En 1941, ya en Quito, el gobierno de Ecuador le otorgó pase libre en sus ferrocarriles para facilitar su obra. En 1942 cruzó a Colombia, donde trabajó arduamente para una exposición que debía inaugurarse el día 7 de febrero. Ese mismo día, Ramón murió repentinamente.

Fivallier Subirats (1920-1998)

Fivaller, segundo hijo de Ramón, siguió las huellas de sus padres. También desde chico, el vitralismo lo marcó: una cicatriz en su mano izquierda, producto de jugar con los vidrios del atelier familiar, supo dar cuenta de ello a lo largo de toda su vida.

 

Se capacitó con el escultor chileno Lorenzo Domínguez y con los grabadores Víctor Dehlez y Sergio Sergi. Además, estudió en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo, donde conoció a -la entonces también estudiante de Artes Plásticas- María Antonia Russo, con quién se casó en 1949. Tuvieron tres hijos: Mónica, Claudia y Fivaller Pablo.

 

Fivaller fue profesor de artes plásticas de diversos institutos secundarios y de la Universidad Nacional de Cuyo. Combinó su vocación docente con una plural carrera artística. Se lució en la pintura con óleos de murales, frescos y estucos. Ha concebido esculturas en piedras, metales, cementíceas y maderas. Sus grabados fueron realizados, fundamentalmente, en madera y chapa.

 

En 1958, con el nacimiento de su hijo menor, Pablo, Fivaller ingresó en una etapa definitiva como vitralista. Dedicó muchos años de su vida al estudio del comportamiento y tecnología de los materiales y la aplicación de técnicas clásicas y contemporáneas en vitraux. Sus trabajos (vitrales artesanales, vitrales en ventanas y en puertas, lámparas de vitraux, paneles de vitrales, patrones de vitral en consonancia con la decoración restante) se encuentran en Mendoza, San Juan, Salta y Buenos Aires.